viernes, enero 04, 2008

Una anécdota de Chespirito


Tomado del primer párrafo del segundo capítulo del libro de Chespirito, a los lectores:
Cuenta Chespirito que cuando era niño era muy vago (como debe ser en todo chamaco de 7 a 14 años, eso no lo dice chespirito, eso lo digo yo). El caso es que era muy tremendo y se la pasaba corre y corre y brinque y brinque. Dice que, entre una de sus muchas habilidades, estaba el pararse de manos y caminar asi, con las manos. La situación es que un día, continúa diciéndonos, estaba jugando a pararse de manos, y vio una banca de la escuela (un pupitre, vaya), y se trepó parado de manos en esa banca, y empezó a retar a los compañeros a ver quien podía hacerlo, y en esas estaba cuando perdió el equilibrio y se cayó estrepitosamente, con tan buena puntería que cayó montado en el respaldo de la banca... UUUGGHHH!! Han oído hablar de ese desayuno tan sabroso y nutritivo llamado “huevos estrellados”? No sé por que me acordé en este momento, pero sigamos con el relato. El caso es que se cayó y se dio un tremendísimo golpe en la mas viril de las partes del género masculino, asi que de urgencia lo llevaron al hospital, en el que le determinaron que tenía una “inflamación en los testículos”, procediendo a ponerle harto hielo para bajar la inflamación, y lo mandaron a su casa a que guardara reposo por un par de días y continuara poniéndose las bolsas de hielo para que bajara la hinchazón. Al cabo de los dos días regresó a la escuela, y el profesor, maliciosamente, le preguntó por qué no había ido a la escuela (es obvio que el maestro, y toda la escuela, sabían de lo ocurrido, pero ya ven como son los profes). Esa es una pregunta que es tabú, y mas para un muchacho de 10 años, asi que, escondiendo la cabeza lo mas posible, nuestro amiguito respondió, en voz apenas audible: “Estaba enfermo”. -Ah si?, y de qué estabas enfermo?, arremetió el docente. Dando muestras de su sagacidad mental, Chespirito le respondió: “de gripe”. “Esta bien, vete a tu lugar”, y asi quedó la cosa. Y luego, Chespirito hace esta reflexión en su libro: “No cabe duda de cómo cambian los tiempos. Este es ejemplo de un episodio muy bochornoso para un niño de nuestra generación. Tan fácil que hubiera sido ser honesto, y la conversación entre el maestro y el alumno hubiera sido muy distinta, algo mas o menos así: “Por qué no viniste a la escuela estos días?” -“Porque se me hincharon los huevos!” Como la ven?

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