martes, octubre 16, 2007

Confesionario

En días pasados estuve por la ciudad de Celaya Gto. Es una bonita ciudad con algunos puntos de interés, pero eso lo tocaré en una entrada mas adelante. Ahora les quiero platicar de algo que me sucedió por alla. Pues la cosa es que un Domingo en la tarde, estaba buscando una tiendita, y me fuí caminando a espaldas del hotel, y como a 3 cuadras habia un templo Católico. Como era Domingo y todavia no habia ido a Misa, pues me deschamuqué y entré a oir Misa. El templo no era de esos templos de muchos siglos que caracterizan a esas ciudades del bajío, sino un templo bastante similar a los que hay en cualquier colonia de aqui o de Chihuahua. El caso es que entré, y poco a poco fueron llegando los feligreses, hasta llenar el templo (de 250 a 300 fieles, estimo). Pues empezó la Misa, y al ratito pasó un Padre como que iba a confensar, y le pregunté a una señora que estaba sentada junto a mi: van a confesar? -Sí, me respondio la mujer. Como no me encontraba precisamente en estado de gracia, pues rapidamente medité y dije: Pues aqui ni me conoce nadie, asi que puedo ir con el Padre y le digo todos los mas oscuros pecados que atormentan mi ser desde mis ya lejanas mocedades, total que ni me conoce, ni peligro que luego me lo tope en el super y me vea y hasta me saque la vuelta. Asi que ahora o nunca. Claro que todo esto lo tuve que meditar en menos de 12 segundos, ya que, basado en la experiencia que tengo de cuando se pone a confesar un padre a media Misa, es que se hace la filotota mas larga que en el puente Libre un Sábado a media mañana, y entre acto de contricción, exámen de conciencia, recuerdos del puente libre y empujones, llegué a la fila. Dos tristes monos adelante de mi. Claro que me sentí asi como Mr. Bean cuando esta muy satisfecho de haberles ganado a todos. Y no solo eso, los dos que estaban adelante de mi no eran viejecitas que duran horas confesándose (yo no sé qué tanto podrán pecar a sus años, pero en fin). Me extrañó que hubiera tan poca gente confesándose, y mas que atrás de mi solo se formó una persona, y nada mas. Mmmh, no cabe duda que acá en la provincia mas provinciana la gente todavía tiene temor de Dios, y no hay tanto pecador, pura gente buena. Pues ya me llego el turno de la confesión, y ya estaba listo para oir el consabido: "Ave María Purísima", "Cuanto hace que no te confiesas?", etc., pero no: que me acerco y me dice el Cura: "Dí tus pecados" Ah Canijos! pos me destanteó, pero no importa, y que le suelto los mas terribles pecados de la concupiscencia, los mas oscuros y temibles descalabros dignos de hacer sonrojar al mas ruin y canalla de los paganos, si hasta pensé "pobre el que sigue de confesarse, le voy a dejar al padre mas enchilado que nada!", y asi hasta que terminé con la interminable lista, y esperé ansioso el paternal consejo del sacerdote, que de seguro me conminaría volver a la senda del bien, me amonestaría severamente por las flaquezas de mi actitud, etc, etc, y me dejaría, mínimo mínimo, unos 14 Rosarios, 7 Misas, 16 PadreNuestros y 36 Aves Marias, mínimo. Bien, pues terminé de decir mis faltas y me dice el Padre: "Reza 1 Padre Nuestro" "Yo te absuelvo bla bla bla..." Tómala! Asi de rápido y asi de baratote. Dónde estaría este Padre cuando era niño y me tocaba confesarme con el Padre Sánchez Saldana S. J.?. Ese Padre si que sabía mandarlo a uno a pensarla dos veces antes de cometer alguna falta, si señor!
Pero ahí no acabó todo, todavía faltaba otra sorpresa para mi. Pues siguió la Misa y llegó la hora de la comunión. Como yo ya me encontraba en olor de Santidad, pensé: "menos mal que voy a poder comulgar, si no me vería muy mal ser de los poquísimos que se quedan sentados, en este pueblo de Dios, lleno de gente Pía y devota" Asi que me paré hecho la mocha para alcanzar, y sorpresa! Unas 20 gentes se acercaron a comulgar. 20 gentes nomás! Uhhh, bola de pecadores, paganos, y yo que creia que no se confesaban porque eran puros salvos. Bueno, ya luego reflexioné y me dí cuenta por qué tan baratas las confesiones, a ver si así la gente se acerca un poco mas a los sacramentos, en fin.


Ya hablando un poco mas en serio, la verdad es que si me dió un poco de tristeza ver que tan poca gente se acercara a la Eucaristía, a pesar de que, por lo menos en lo que es la confesión, pues se las ponen bien fácil. Y me dió mucho orgullo ajeno, al acordarme que en el templo al que yo voy a Misa, pues es mucha la gente que comulga cada Domingo (y digo orgullo ajeno porque no soy, precisamente, de los que contribuyen a hacer que la fila de la comulgada sea mas larga). Bien, aqui le paro al relato, si alguien quiere confesión barata, pues dese una vuelta por Celaya, Gto, como la ven?

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lunes, octubre 08, 2007

Mi Testamento

El día llegará en que mi cuerpo yacerá sobre una sabana cuidadosamente arreglada entre las cuatro esquinas de un colchón, localizado en un hospital activamente ocupado en atender a vivos y moribundos.
En determinado momento, un médico comprobará que mi cerebro ha dejado de funcionar y que, irremediablemente, mi vida ha llegado a su término.
Cuando tal cosa ocurra, no intenten infundirle a mi cuerpo una vida artificial con ayuda de alguna máquina, y no digan que me hallo en mi lecho de muerte: Estaré en mi Lecho de Vida, y vean que éste mi cuerpo sea retirado para contribuir a que otros seres humanos hagan una mejor vida.
Den mis ojos al desdichado que jamás haya contemplado el amanecer, que no haya visto el rostro de un niño, o, en los ojos de una mujer, la luz del amor.
Dénle mi corazón a alguna persona a quien el propio sólo le haya valido interminables días de sufrimiento.
Mi sangre dénsela al adolescente rescatado de su automóvil en ruinas, a fin de que pueda vivir hasta ver a sus nietos retozando a su lado.
Den mis riñones al enfermo que debe recurrir a una máquina para vivir de una semana a otra.
Para que un niño lisiado pueda andar, tomen la totalidad de mis huesos, todos mis músculos, las fibras y nervios todos de mi cuerpo.
Hurguen en todos los rincones de mi cerebro. Si es necesario tomen mis células y hagan que se desarrollen, de modo que algún día un chico sin habla logre gritar con entusiasmo al ver meter un gol, y que una muchachita sorda pueda oír el repiquetear de la lluvia en los cristales de la ventana.
Lo que quede de mi cuerpo entréguenlo al fuego, y lanzen las cenizas al viento para contribuir al crecimiento de las flores.
Si algo habran de enterrar, que sean mis errores, mis flaquezas y todos mis prejuicios contra el prójimo.
Si acaso quisieran recordarme, háganlo con una buena obra y diciendo alguna palabra bondadosa a quien tenga necesidad de ustedes.

Si hacen todo esto que les pido, viviré eternamente.

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Cine

Este fin de semana me dijo Fernanda (mi hija), que querían ir al cine ella y varios compañeritos de su escuela, pero que si no iba un adulto respetable con ellos, a muchos no los dejarían ir (incluyendo a Fer, of course). Me dijo que ya habían agotado todas las instancias posibles, y no habían encontrado quien los acompañara, asi que, por eliminación, yo era ese adulto respetable. Después de unos segundos meditándolo, accedí a acompañarlos (después de todo, no es muy frecuente que un grupo de jovenes amigos me invite al cine). Pues el caso es que volví a mis épocas de chavalo, al ver la odiséa del cine. Primero, llegamos y claro que solo estaba uno de los niños (un tal Johnatan). Eran 6 los niños citados, y seguimos esperando. Al ratito llegó un tal Pablo, y parecía que ya no iba a llegar nadie mas, asi que les dije que escogieran la película (y rogué para mis adentros que no fuera Super Can), y me dijeran su decisión. En esas estaban, cuando llegó Valeria, para completar 4 de los 6 planeados. Pues ahi estuvieron deliberando sin ponerse de acuerdo, hasta que llegaron y me dijeron: El misterio de la estrella. OK, como comenzaba dentro de 50 minutos, les dije que se fueran a dar una vuelta por el mall, para hacer tiempo. Los dos niños salieron volando por su lado, y las niñas por otro lado. Yo solo estaba cuidando a las niñas a la distancia. El caso es que ya mas tarde se juntaron otra vez en la entrada del cine, compramos las entradas, palomitas (por cierto es un robo los precios), etc, y a disfrutar la pelicula. Claro que se la pasaron platicndo y bromeando toda la pelicula, y hubo guerra de palomitas y todo eso, y los chamaco se la pasaron muy padre (por eso digo que me acordé de mis ayeres)
Pues asi estuvo este fin de semana.

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jueves, octubre 04, 2007

Concierto Orquesta Sinfonica UACJ


Como les había comentado, El pasado fin de semana fuimos Rosy y yo a ver una presentación de la Orquesta Sinfónica de la UACJ, en la que también se presentó el Violinista francés Matthieu Aramas. El repertorio estuvo agradable, con unos 7 u 8 temas, entre ellos Danza Húngara, Vals del Danubio Azul, y ua pieza del Barbero de Sevilla, que casi todos conocemos como el tema de "El Ciudadano Infraganti" (o "Camara Infraganti", como se llamó después el programa de Oscar Cadena); bien, pues la musiquita de ese programa es parte de El Barbero de Sevilla.


Y hablando un poco del entorno que rodeó a este evento, pues lo de siempre: luego luego se vió que los boletos se repartieron primero entre amigos y funcionarios, y ya despues a la raza. A mi me tocó de los últimos boletos, y claro que estaba en el tercer nivel, tres filas antes de la ultima fila. Y volteaba uno para ver el piso de abajo, y casi vacío. Eso es lo peor: que muchos de los que reciben boletos antes de que la fecha de entrega al pueblo, ni van al evento, y solo perjudican a personas que sí quieren asistir. Ya cuando estaba a punto de empezar el concierto, entonces dejaron entrar al publico en general (esto es, gente sin boleto). Yo pienso que han de ver cuanto espacio libre hay en el teatro, y ya dejan entrar a la gente para llenar.
Pero al final de cuentas es bueno que haya este tipo de eventos para la gente que le gusta la musica clásica, y no se puedes costear un boleto para un evento de esta naturaleza.